“La decisión es un riesgo arraigado en el valor de ser libre.” Paúl Tillich.

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Prácticamente cada minuto de nuestra vida tomamos decisiones. En su mayoría son llevadas a cabo de manera inconciente. Tomar decisiones en ese caso resulta ser un poco sencillo, toda vez que esperamos un resultado que hayamos visualizado. Decidir se torna difícil o temeroso cuando tenemos conciencia de hacia dónde queremos llegar. Y ¿por qué resulta difícil? Porque nos invaden miedos o temores. También se torna difícil tomar decisiones cuando no se tiene la certidumbre de contar con la información adecuada o que resulte suficiente.
También sabemos que las decisiones tienen un mayor o menor grado de responsabilidad y afectación en nuestra propia vida. Entre mayor es el compromiso, mayor es la parálisis de nuestra acción. Durante mucho tiempo sufrí ese fenómeno hasta que decidí “ser libre”. Es precisamente a partir de ese momento que me obsesioné por las tomas de decisiones; porque quiero cambiar mi vida, ser libre.
Lo que por el momento pido es no caer en la desesperación por alcanzar los resultados. Se que eso me está pasando ya que descubrí que simplificando las cosas uno avanza más rápido el camino de la vida. Es por ello que me desespero. Cuando me siento así recuerdo el libro de Proust: “En busca del tiempo perdido.”
Lo único que necesito en estos momentos es tener un poco de paciencia. Finalmente estoy en la etapa de la implementación de mis sueños. Ya entendí cuales son los vicios por los cuales “perdía el tiempo” aunque prefiero llamarle “costoso aprendizaje”.
Tengo ya implementado mis nuevos hábitos que me ayudarán con el paso del tiempo a alcanzar mis sueños transformando mis acciones en lo que llamo “vida cotidiana hacia el éxito”.
Diario disfrutaré de mi café y la palabra en ésta sección. Diario estaré presente en la Web. Diario tendré éxito.